Alfredo martín es un director con una vasta experiencia que tiene a su cargo la puesta de "El otro señor G." En esta pieza, el protagonista es un personaje de "doble personalidad, una especie de Dr. Jekill o Mr. Hyde.
La temporada teatral porteña ya esta casi terminada y queda poco para ver. Entre las opciones que restan, vale la pena "El Otro señor G." que se da por ultima vez (este año) el próximo sábado desde las 23, en El Kafka Espacio Teatral. Lambaré 866.
Dirigida por Alfredo Martín, en la obra actúan Pablo Tiscornia, Fernando Bracalenti, Luis Aponte, Raymundo Levy, Claudio Germán Rangnau, Hernán Sebastiani, Guillermo Martín Giusto, Silvia Sanchez y el propio director.
Es una adaptación libre de "El doble" , la novela donde Fiodor Dostoievski desarrolla un tópico de la literatura fantástica, de finales del siglo XVIII, explorado tambien por Edgar Allan Poe y E.T.Hoffman.
La puesta de Alfredo martín hace foco en las obsesiones de Yakov Petrovich Goliadkin, un burócrata ignorado en todos los "ascensores". Cuando queda libre una vacante y otra vez es despreciado, Goliadkin decide pasar a la acción, "alterando" abruptamente su vida: comete una serie de imprudencias que lo dejan en una situación ridícula, reprobado y si fuera posible mas desprestigiado. Herido en su amor propio intuye una conspiración urdida por sus superiores y compañeros. En ese momento aparece el impostor, su doble. El protagonista intentará aliarse a la "novedad" para hacer frente a quienes imagina son sus enemigos.
-Se podría decir que sos un hombre múltiple...
-Hace veinte años que hago teatro, psiquiatría y psicoanalisis. La pieza es de 1846, pero mantiene una gran vigencia. Al encontrar el texto, observe que aparecían temas médicos y otros que también hacen al orden artístico. La propuesta era muy moderna para su época y resultó incomprendida.
-¿Como definirías el rol principal de un hombre gris y rutinario?
-Hay un montón de cosas que el público puede captar, analizar y cuanto mayor libertad se tenga en eso mejor. Hay un hecho sustancial: el otro es un monstruo, y un ideal en alguien que esta cansado de vivir.
-¿El fenómeno del otro puede estar en cualquiera de nosotros?
-Efectivamente. Aparece como ese otro que queremos ser, un sucedáneo de ese yo "indivisible" El yo como una forma que tenemos de referirnos a nosotros mismos. Pero si queremos coherencia y sensatez puede haber sorpresas porque nos habitan muchos "yoes".
-Se sabe, el espectador de teatro lo sabe, que cada sala tiene un estilo y el Kafka es fatigado por un público exigente. Es un lugar que casi siempre con sus propuestas invita a pensar...
-La sala donde uno se instala con una obra tiene que ver con aquello que se desea mostrar. Es decir el contexto puede facilitar una lectura o complicarla. Esta sala es ideal para nuestra obra y eso es muy valioso. Es probable que si la hiciesemos en otro lugar pudiese tener otra lectura. Y coincido; a la gente que va al Kafka le gusta ver teatro para analizar.
-Te ha tocado viajar con diferentes obras y cultivar distintos estilos teatrales, ¿que recordas de esas experiencias?
-Bueno, hay diferencias: una cosa es el paisaje nuevo y otra, eso que uno lleva adentro desde el punto de vista de la actuación. Algo que me sorprendió es que la misma obra, hecha con los mismos actores y escenografía, cuando se traslada (se modifica) y empieza a tener una lectura diferente, porque el público tiene otra mirada sobre ella. Y un tema que me preocupa es la traducción.
-¿Que te espera para el año entrante en lo laboral?
-Volvemos en febrero con esta obra. Y ya empecé la dirección de otra, "Kiev", que transcurre en Ucrania en 1911. Una época de mucho antisemitismo, antes de la 1º guerra mundial. Se trata de una pieza dificil; es todo un desafío dirigir un texto de otro, de Christian Lange en este caso. Es algo intimista, tres personajes. Seguramente estrenaremos en mayo en la sala del Teatro "El búho"
Buenos Aires 13 de diciembre del 2007
REPORTAJE: El señor G. tiene nombre de punto. Hernán Rizzone para Noticias Urbanas
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